El 6 de enero
pasado me di cuenta quiénes eran los Reyes Magos. Descubrí que la historia de
los zapatos, la comida y el agua de los camellos era una “truchada” gigantesca
porque esos animales jamás podían entrar al living de mi casa. Luego vino lo de
la “cartita”. ¿Cómo iban a entender mi español
si sus altezas hablaban arameo?
El sub-titulado no se había inventado en aquella época. Y entonces ¿cómo sabían
exactamente qué juguetes eran los que había pedido?
Luego de
conversar un rato con mi amigo (que es psiquiatra) él me explicó cómo
funcionaba la historia, a dónde apuntaba y que tal vez la demora en descubrir la verdad correspondía a un “negacionismo post-infancia
por un duelo mal resuelto”. Demasiado para mí por lo que hice lo de siempre. Le
di la razón, él se quedó contento y yo traspolé
esta frustración a mi realidad de ciudadano argentino, que vive en la
Argentina, trabaja, aporta, paga y sucumbe ante el supuesto poder de la clase
política que constantemente nos recuerda que estamos sumidos en una cloaca a la
que ellos (la clase política) se encargan de encaminar sus desechos. Como verá,
si voy al diccionario de la RAE, esta definición es verdaderamente “una mierda”. Pero ¿NO ES REAL?
¿Qué pensaría si
le digo que yo tengo la solución? Mire, tranquilamente se puede llevar adelante
sin problemas. Es más, si me dedicara también a las relaciones internacionales
se la sugeriría al “muñequito” Venezolano, pero por ahora prefiero no mezclar
las ideas porque el tipo está como fanatizado y no sea cosa que utilice la
inteligencia del “régimen” y un día aparezca tapado con diarios en una zanja
camino a Caracas.
ARGENTINA DEL
NORTE – ARGENTINA DEL SUR
Dividir nuestra
Nación. Nosotros, los supuestos “revolucionarios separatistas” les regalamos
toda la Argentina del Río Colorado para arriba. Se quedan con lo más rico. En
10 años están haciendo cola en nuestra Embajada del Sur para que por lo menos le
demos nuestra “Green Card S” para hacer turismo.
Redactamos una
nueva Carta Magna con el mismo espíritu, pero limando algunas menudencias.
Redactamos un nuevo Código Civil y Penal. Relanzamos un correcto Contrato
Social y ponemos los puntos y las restricciones para quienes deseen hacer
política, que será “ad honorem” de Ministros para abajo (y ahí te quiero ver el
“voluntarismo” y el “patriotismo”).
Luego vamos a la
producción y el crecimiento. Educación obligatoria secundaria. Nuevas
Universidades y mucha Cultura. La Patagonia árida quedará transformada en un
vergel productivo siguiendo las técnicas y desarrollos de Israel (le recuerdo
que en 54 años transformaron el desierto en una llanura). Arreglamos algunos
detalles con nuestros hermanos chilenos y terminamos teniendo salida a dos
océanos. Desarrollamos la explotación del “fracking” (Vaca Muerta), petróleo,
producción de energías limpias (eólica, porque en la Patagonia sobra el viento),
producción de ganado ovino hasta poder recuperar el suelo, desarrollo de la
pesca (tenemos un Mar Argentino explotado por buques piratas que se llevan
nuestra riqueza ictícola). Industrias pesadas (astilleros, ferrocarriles,
automotrices). Tendríamos dos puertos de aguas profundas y maravillosos lugares
de explotación turística. Y solo unas FFAA súper especializadas, porque la
única hipótesis de conflicto que tendríamos sería con nuestros “hermanos del
Norte” (los peronistas y demás resaca de la Argentina fragmentada).
Yo creo que
lograríamos una población de unos 20 millones de habitantes. Y ya poblamos la
Patagonia. Una población que aceptaría las reglas, especialmente de sana
convivencia sabiendo que existiría una ley categórica (y no hablo de pena de
muerte). Nos miraría el mundo, especialmente las grandes empresas que verían un
País organizado, absolutamente respetuoso de sus principios éticos, morales y
comerciales. Piénselo. Argentina del Sur,
es posible.
¿Ahora entiende
porque comencé contándole mi ilusión con los Reyes?
Nota: El trailler
corresponde al film "lA PATAGONIA REBELDE" (1974). Una historia de violencia que heredamos los
argentinos.
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