Días pasados, mi
amigo que es psiquiatra y yo, mientras nos deleitábamos viendo un excelente atardecer
sobre la Laguna de Monte (ambos heterosexuales y no entiendo porque lo tengo
que aclarar) luego de haber compartido un medio día dominguero, asado incluido
(que sacamos a pagar en seis cuotas con el 8% de interés) decidimos analizar a
algunos personajes políticos que por estos días están en la pica. Obviamente el listado excedió el miserable
papelito que teníamos como ayuda memoria. Solo nos alcanzó para elegir los más
relevantes a saber: Fernández I (CFK), Fernández II (AF), Fernández III (ver
ref. en este espacio en la nota referida a “la morsa”), Kicillof y algún que
otro ministro.
Descubrimos que
todos tienen un denominador común: la HIPOCRECIA Y EL CINISMO. Luego, a cada
uno le corresponden distintas variantes conductuales en virtud del cargo
específico que ocupan. Y descubrimos que si bien algunas miserias pueden ser entendidas como un reduccionismo simpático no
dejan de ser el sello que les da su personalidad.
Algunos de ellos
son dignos de análisis. Pero hay “unes” que se destaca entre “todes les
politiques”. Estoy hablando de la ex PresidentE TA TA TA TA… Jefa de una banda
y multiprocesada, ex Senadora y actual Vice-PresidentE TA TA TA, la señora
Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner.
La Vice parece
creerse salida de un cascarón de dinosaurio hace tan solo 50 días. Ella llega
al mundo a redimir la inmundicia
corrupta de la política vernácula, rescatándonos de la mentira, creyendo
mostrar la superioridad moral por sobre un grupito de ciudadanos (algo así como
44 millones) que redefinen en la intimidad y entre alcohol en gel como “populacho” (Conjunto de personas del nivel
social y cultural más bajo. Similar: chusma, gentuza, vulgo).
Ahora es momento
de releer un artículo publicado en el sitio web de la “Vice” donde la señora no
tiene ningún empacho en utilizar términos muy caros a la historia reciente de
la Argentina. Ya alguna vez había hablado de “secuestro de goles”. Ahora
refiere a “grupos de tareas”, “persecución” y “clandestinidad”. Una verdadera
hemorragia ideológica que demuestra lo que le contaba antes. Y que conste que
por publicar “ese cachito” no le voy a cobrar nada.
“Para los que todavía no creen en la existencia
del Lawfare, cuyo objetivo es la destrucción de opositores políticos mediante
la utilización ilegal de procedimientos judiciales y administrativos por parte
de funcionarios públicos y de sectores del poder judicial, en perfecta
coordinación con los medios de comunicación hegemónicos…
Para los que aún no se enteraron que a partir de
que Mauricio Macri llegó al gobierno, el 10 diciembre del 2015, se armaron
verdaderos grupos de tareas desde las distintas agencias del Poder Ejecutivo
Nacional (AFI, AFIP, UIF, OA, etc…) que articularon una feroz e inédita campaña
de persecución contra mi persona y mi familia…
Para todos ellos, les dejo dos escritos en archivo
adjunto. Uno que se presentó esta mañana ante el Juez Federal de Rio Gallegos.
El otro, fue presentado también esta mañana ante la Administradora Federal de
Ingresos Públicos, Lic. Mercedes Marcó del Pont.
En ambos escritos se demuestra la forma en que
funcionarios de la AFIP actuaron como un grupo de tareas y que en coordinación
con sectores del Poder Judicial operaron en la clandestinidad para armar un
juicio de ejecución fiscal contra mí persona… Una perlita: al “procedimiento”
clandestino lo iniciaron el 26 de octubre del 2017, cuatro días después de ser
electa senadora Nacional por la Provincia de Buenos Aires. Aunque sean un poco
extensos, leanlos… Vale la pena”.(Fte. y foto
“Sitio Oficial de Cristina Fernandez de Kirchner)
Lo de los
“escritos” mi amigo lector se lo debo, porque tampoco es cuestión de facilitarle
las cosas. Le aseguro que no dicen más de lo que usted pueda imaginar.
Pero sí le
recomiendo que vea a la señora en oportunidad de su declaración indagatoria
unos días antes de asumir la vicepresidencia de la Nación. Analice sus gestos,
sus dichos, el “contenido” de sus dichos y dígame si no siente que usted es un
verdadero estúpido. O tal vez no. Tal vez coincidamos en el diagnóstico del
título de esta nota. Hasta mañana.
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