martes, 6 de agosto de 2024

DE LA QUE NOS SALVAMOS

 

Mientras me terminaba un par de “tequeños” por cierto absolutamente recomendables como snack venezolano, traté de sintonizar la televisión caribeña para interiorizarme de la situación eleccionaria del país de por allá arriba. Si bien los chismes de fraude estaban a la orden del día me resultaba inimaginable que a esta altura del siglo XXI alguien hiciera trampitas para poder atribuirse el título de Presidente.

Primero y es justo decirlo la “TV Venezolana”, que sería nuestra vieja ATC o actualmente nuestra Televisión Pública, lo único que transmitía eran novelas mechadas con algunas series aburridas y mucha propaganda del actual partido gobernante. Lo que no podía entender era por ejemplo, qué hacía EN VIVO la señal de Todo Noticias (TN de Argentina) transmitiendo por “streaming”. Lo mismo varias señales de toda Latinoamérica. Algo estaba pasando y yo me lo estaba  perdiendo.

Y así fue como gracias a “X” (ex Tweeter), Instagram y mucho canal de Youtube caí en la cuenta que finalizado el acto eleccionario el señor Bigote literalmente se estaba queriendo “afanar” cuanto voto suelto hubiese quedado huérfano de alguna urna desmotivada. Digo más, estaba planeando el fraude electoral más grande en la historia de las democracias de Latinoamérica. El heredero del dictador Chavez. El traidor, ignorante, asesino y golpista émulo de sus otrora antecesores. Arrancando por Hitler, Mussolini, Gadafi, Ceausescu, Nicolás Maduro es sin lugar a dudas un personaje amañado, escurridizo, opaco, miomorfo, arratonado… o para decirlo en pocas letras, una rata.

Y a partir de aquel lunes 29 de julio el pueblo venezolano que ya imaginaba lo que vendría salió una vez más a la calle. Ahora era de manera pacífica y bajo la conducción de quien quedó proscripta por el aludido panzón de alcantarilla, esto es María Corina Machado, a defender lo que a todas luces y a los ojos del mundo era una verdadera vergüenza democrática. Bueno, salvo aquellos consabidos con intereses poco santos. Los de siempre. Rusia, China, Irán, Nicaragua, Cuba y algunos otros tan insignificantes que ni recuerdo, son los que en cuatro patas le ofrecieron a Maduro que cómodamente se sentara a sus espaldas que ya algo se les iba a ocurrir. Igual y por las dudas había que salir a la calle con todo aquello que fuese leal al régimen, o sea, todos los malandras, narcos, estafadores. Lo más selecto de la basura institucional venezolana a disposición. Y así fue y es así que a la fecha hay 23 muertos y casi 1.000 detenidos, según el régimen. Ahora también sabemos que el Helicoide, más allá de una pseudo figura geométrica es casi lo mismo que fuera nuestra ESMA.

La OEA dio una muestra irrefutable de su inoperancia. Países de la UE todavía no se deciden si tomar partido o esperar. Lo mismo (y esto sí es más lamentable) tanto Brasil como Colombia y México tienen demasiado miedo de perder un socio. Usted me entiende, el olor a petróleo, a dólares y otros químicos le pueden hacer torcer el brazo a cualquier débil moral.

Y lo peor es que hoy amanecimos con la imagen de Nicolás Maduro rodeado de jóvenes, mientras ahora sí la “Venezolana de TV” tomaba en primer plano cómo el payaso “plinplin” borraba de su teléfono celular su propio Waths App. Tremendo golpe informático para el mundo. Además, exhortó a que hagan lo mismo con TikTok. ¿Nadie le habrá avisado que dicha aplicación es China?

Mientras la imbecilidad de un loco tirano y dictador, la inescrupulosidad de gobiernos cómplices y la enfermedad del Poder hacen de un país como Venezuela una tierra pobre, triste y abandonada, su población, que debería de gozar de los mismos derechos que cada uno de nosotros está tirada a la suerte de los distraídos. Prestemos atención. Estemos pendientes para tender la mano. No nos olvidemos que el Kirchnerismo y la izquierda siguen agazapados en nuestra Patria. Hacia allí caminábamos. Que no nos vuelvan a distraer porque no hay más finales para elegir.

Por nuestra Patria. Por nuestros compatriotas venezolanos.

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