sábado, 23 de mayo de 2020

YO SE LO QUE USTED ESTÁ PENSANDO

Yo sé lo que usted está pensando “cuarentenado” lector. A este tipo le agarró el/la (no tengamos problemas de género en esto por favor) Covid19 o entre los más mundanos el Coronavirus, o entre los más cancheros “el Corona”. No, gracias a Dios vengo impoluto.

Entonces lo que le pasó seguramente es que no le dio ni cinco de bola a los vaticinios del Ministro de Salud (Ginés, el gordito de los cachetes Malbec, que decía que “la gripecita” estaba del otro lado del mundo y tardaría milenios en llegar a estas latitudes) y se rajó al país del Norte de visita a nuestros primos mayores, o a recorrer las históricas postas Europeas en busca de cultura y esas cosas.

Lamento desilusionarlo, pero luego de cumplir mis años exactamente el 15 de marzo y haber logrado vacunarme contra la gripe el 18, al día siguiente dijeron “vamos a tratar que la gente circule menos por si las moscas”, y te chantaron el DNU N° 260/20 que dice “… ARTÍCULO 2º.- Durante la vigencia del “aislamiento social, preventivo y obligatorio”, las personas deberán permanecer en sus residencias habituales o en la residencia en que se encuentren a las 00:00 horas del día 20 de marzo de 2020, momento de inicio de la medida dispuesta. Deberán abstenerse de concurrir a sus lugares de trabajo y no podrán desplazarse por rutas, vías y espacios públicos, todo ello con el fin de prevenir la circulación y el contagio del virus COVID-19 y la consiguiente afectación a la salud pública y los demás derechos subjetivos derivados, tales como la vida y la integridad física de las personas…”

Lo que no fue especificado justamente era la fecha de finalización. Uno imaginó dos semanas, tal vez tres… ¡Pandemia!!!, bueh, ponele cuatro. Estamos a dos días de superar los 68 de Wuhan, lugar donde se originó esta “pestilencia”. Superamos por unos 15 días a Italia (ni hablar), pasa lo mismo con Francia (apenitas 32 días), Gran Bretaña y Estados Unidos llevan unos días más, pero ellos han decidido una cuarentena más “liberal”, o sea, sale el que quiere y se hace RESPONSABLE socialmente de lo que ellos significa. Me gusta esa Libertad tan Republicana.

Pero la idea de este reencuentro en realidad era contarle el porqué de mi ausencia periodística. Censura gracias a Dios aún no, aunque sabemos que los muchachos del gobierno especialmente el ala dura Camporista se toman sus tiempos para ponerte en la mira. No descartemos esa realidad ya vivida allá por el segundo reinado de su majestad la Reina I de Tolosa. Lo que sucedió fue estrictamente personal.

Esta manía obsecuente de estar informado, que es la misma que tiene mi médico clínico (a quien aprovecho este medio para saludarlo y agradecerle la paciencia) de verme y agarrar el tensiómetro, o la misma que tiene mi amigo “el psiquiatra” (a quien aprovecho este medio para saludarlo y agradecerle la paciencia) de verme y preguntarme “¿y… cómo andamos…?” es la  misma que tengo yo todas las mañanas gracias a mi nutricionista (a quien aprovecho este medio para saludarla y agradecerle la paciencia) frente a mi hipersaludable desayuno, la PC en el escritorio y un par de diarios de papel. ¡¡¡Sí señor, de pa-pel…!!!, esos que te dejan recortar con la mano y escribir en el borde de la hoja.

Esta indiscriminada, obsesiva y adicta compulsión informativa me llevó a una crisis de absoluta “hiperinformación médico-científica bastardeada por desinformación curandera-chabacana y berreta”, peligrosa para mi estado emocional por ese entonces. Diagnóstico que rápidamente y con verdadero profesionalismo realizó mi psicóloga (a quien aprovecho este medio para saludarla y agradecerle la paciencia).

Puesto al tanto de la situación, ahora queda mucho por decir. Obviamente del/la Covid19 y todo lo que políticamente a ocasionado al mundo y a nuestro país, que dicho sea, aún está en el mismo lugar que cuando la señorita Penélope me enseñó geografía de cuarto grado. No me transformaré en un Nostradamus del siglo XXI (aunque no estaría mal el “currito”) ni en un Pastor de la paz y las buenaventuranzas de todas las clases políticas del Planeta. No. Le voy a contar mi forma de ver esta rara realidad mundial, en donde una peste no es una peste, una pandemia no es pandemia pero sí es pandemia, donde no hay vacuna pero por ahí aparecen 104 “a punto caramelo”, no hay tratamiento pero sí ahora había, no sirve el barbijo pero si sirve a veces, pero mejor usarlo por las dudas porque es muy contagioso pero no tanto… Solo por hoy y para su reflexión le dejo la siguiente: Estamos tratando una epidemia/pandemia con un método del siglo XVIII en pleno siglo XXI, con la llamativa diferencia que a pesar de mantener el mismo nombre (cuarentena), los verdaderos aislados no son los enfermos, sino el mundo sano.

Usted no tiene la sensación, a esta altura, de que necesitaríamos una Junta Médica?


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