sábado, 6 de junio de 2020

HOMENAJE A ALGUNOS PERIODISTAS - 7 DE JUNIO DE 2020





La luz encendida. La altura de la silla perfectamente recalibrada al igual que el respaldo. La PC en su sitio, encendida y con varios archivos abiertos. Un reflejo tristón de un otoño que va cediendo los pocos verdes que aún quedan al frío de los atardeceres en los que el sol se apaga de pronto. Es sábado 6 de junio. Es la previa al Día del Periodista. Merezco mi homenaje.
¿Sería correcto escribir sobre actualidad y opinión, sobre un sistema político que durante décadas nos ha dejado aislados del mundo impidiéndonos el desarrollo de la educación, los principios, la justicia, la responsabilidad en valores, la decencia, la dignidad, la honestidad, la cultura del esfuerzo y el trabajo? ¿O mejor sería apuntar al desarrollo de un sistema de mediocridad institucionalizado que en Argentina al menos, es en medio de lo que hemos crecido en los últimos 75 años?
Eso creo yo, eso creen mis hijos. Pero lo peor, es que mis abuelos y mis padres, que también pasaron por las mismas, se murieron creyendo que nosotros pondríamos punto final a tanta hecatombe y prostitución de valores. Pero no. Tal vez en las vertiginosas vueltas de las comunicaciones en red, en la resolución casi instantánea a problemas que “antes” se podían resolver en un par de horas y que hoy solo demandan el solo milisegundo que representa apretar una tecla que dice “ENTER”, en este “suponer” que nos estamos comunicando fuimos dejando abandonados los esenciales principios que organizan la realidad moral y espiritual de los seres humanos.
Y perdimos la capacidad de oír, de ver, de sentir, de oler… hasta me animaría a decir de hablar. Y se nota. Se nota más cuando en este medio vivimos precisamente del ver, del interpretar, del libre pensar, de los principios, de la moral, de la honestidad, de la verdad… del saber y poder escribir con ortografía clara y contar con locuacidad justa.
El oficio de periodista quedó en su inmensa mayoría en teclados, micrófonos y cámaras de quienes decidieron exponerse priorizando lo que quedó reducido a un gran grupo de “decidores, contadores y explicadores de noticias. En donde el interés se paga a tal punto de hacer sacrificar la primicia, el notón, por un sobre enmascarando corrupción de dólares comprando un silencio o escondiendo lisa y llanamente la amenaza solapada y cobarde.
Y justo es decirlo, no todos somos así. Todavía queda una escuela que siguen aquellos que están decididos a hacer Patria con la pluma y la palabra. Prestigiar el derecho a expresarse, a informar, a decir la verdad a cualquier precio para que los inmorales no sigan escondiéndose en una sociedad que los cobija, paga y aplaude. Recuerde, las palabras que están en juego hoy son “Prestigio y Dignidad”… y muchos vamos por ellas.
A todos ellos. A los que “les quepa el sayo”: FELIZ DIA DEL PERIODISTA.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario