martes, 16 de junio de 2020

¿Y SI UN DÍA HABLAMOS CLARO?


Mañana se cumplen 90 días de cuarentena OBLIGATORIA. Al menos en la Capital Federal y el gran Buenos Aires hoy redefinido por la elegancia política como AMBA. De los cuarenta días de aislamiento que deberían de tener aquellas personas infectadas por “la peste” (como desde el siglo XVIII se hizo) hemos pasado a esta especie de “NOVENTENA SOCIAL”, término redefinido también por la “elitte” política gobernante, en donde asombrosamente los “cuarentenados” somos los sanos y no los enfermos. ¿Raro no?
Lo que parecía una curva controlada y aplanada que daba tranquilidad a los servicios de salud, frase predilecta de los deshilachados ministros de salud de Nación, Provincia, Ciudad, viceministrosdel  mismo“ y opinólogos con cargos cercanos al poder, pasamos a una situación en donde si continuamos así vamos a ver saturadas las plazas de UCI en tres o cuatro semanas y por si faltara poco estaremos apilando cadáveres en las calles, frase por cierto apocalíptica y un poco temeraria, salvo que su autor, el doctor Daniel Gollan Ministro de Salud de Buenos Aires sepa algo que nosotros desconocemos y él se estaría guardando, cosa que intuyo pero me la reservo por el momento. Sigamos.
No podemos negar lo que pasa en el mundo. Países que se han visto sometidos a profundas infecciones virales con todo lo que ello conlleva, otros, con menor grado de contagios y por tanto de muertes que han desarrollado un sistema de controles y testeos envidiables, inclusive muchos que lindantes con focos gravísimos de contagio tal el caso de Croacia e Italia, supieron qué hacer a la hora de aplicar recursos y políticas sanitarias.
En la Argentina hay algo, que luego de la increíble posibilidad que tuvimos de ver todos los días el diario del día siguiente y hasta de la semana siguiente estábamos seguros que iba a pasar. El virus comenzaría marcadamente controlado y padecido por aquellos que llegaban de sus vacaciones de cualquier lugar en donde la circulación viral fuese activa. Eran los casos importados como decían los parlanchines ministeriales de cualquier cartera. Luego nos contarían que todo era exponencial, una terminología que servía para justificar que los nuevos casos que aparecían en esas zonas “cuasi” privilegiadas de la Capital y el conurbano no eran para alarmarse. Sucedía que mientras se mostraban las fotos del viaje con la familia y amigos comiendo asado, contagiaban y contagiaban. Entonces, en este eterno arte de inventar términos para justificar lo injustificable aparecieron los contactos estrechos. Luego, un iluminado dijo: “La culpa de esta epidemia en la argentina la tienen -los chetos- que viajaron” (frase nuevamente desubicada y temeraria del Ministro de Salud Provincial Daniel Gollan… y fue la segunda).
Y faltaba la frase que nadie se animaba a pronunciar y que tarde o temprano los pondría a todos, absolutamente a todos en evidencia: circulación comunitaria. Más allá de los contagios que se dan entre el personal de salud, algo que debería de ser estrictamente manejado y que en cierta manera coloca a los profesionales todos en la línea de fuego (otra frase que a esta altura suena más que a enfermedad a recordarnos que la Malvinas son Argentinas), que podamos descuidarnos en la aplicación de alguna de las medidas de prevención implicaría, tal vez, padecer Covid19, pero si había un lugar en donde ese pequeño bichito “coronado con gloria” morir” iba y va a hacer estragos es en los barrios vulnerables, otro neologismo de nuestros científicos políticos para hacer referencia a los asentamientos, barrios marginales o villas de emergencia. El gran “imponedor” de la palabra “ESTIGMATIZACION” fue el otrora ministro de economía y actual Gobernador Bonaerense Axel Kicillof, quien luego de pronunciarla como justificación para que no se hagan públicos los números de la pobreza, logró lo que aún no pudo en su nueva gestión: “EFICIENCIA”.
Y entonces ahora llegó el momento de poner la cara y el cuerpo. El prestigio y la dignidad. La capacidad y la responsabilidad y con sorpresa (o al menos para mí, sin ella) se dan cuenta que carecen absolutamente de todas. Que a través de diezmar durante décadas la educación bajando los índices de capacitación y mediocrizando cada vez más el conocimiento con el único objetivo de transformar ciudadanos libres en borregos acorralados, haciéndoles creer durante décadas que el gobierno popular es aquel que les dará la posibilidad de mejorar sus vidas en un país que tiene absolutamente todo lo que un ser humano necesita, todo lo que una población necesita para alimentarse, trabajar, capacitarse, educarse en pos de alcanzar un estándar de vida que haga a la dignidad CON MAYUSCLAS. No esa dignidad disfrazada de indigno, de canillas sin agua, de baños sin cloacas, de hospitales públicos vacíos en un país que tiene excelencia médica por donde lo miremos. Todo eso que desde que yo recuerdo PROMETIERON, jamás se lo dieron. Sépanlo: SE LO LLEVARON. En sus bolsillos, en sus cuentas bancarias, en sus paraísos fiscales, en sus “bolsos cotidianos” para refregarnos en la cara la impunidad por la impunidad misma.
Generaciones de políticos asociados a la Casta del Saqueo nos dejaron en esta situación. ¿La culpa?, por supuesto que nuestra. Ellos llegaron por el voto o por la trampa del voto, pero ahí están.
Y mientras muchos ciudadanos infelices en su incultura, que no conocen otra cosa que la limosna y la promesa falsa que se cambia por un voto padezcan esta enfermedad por su exposición inimputable que los dejó desvalidos y desguarnecidos ante esta pandemia, quienes todavía podemos detener esta vergonzosa Epidemia Política de maltrato, desfachatez y complicidad lisa y llanamente con el delito, nos ha llegado el momento de IR NOSOTROS POR TODO. Por nosotros y por nuestros compatriotas, como dignos herederos de San Martín y Belgrano. Llegó la hora de rehacer a la Patria tal cual el ejemplo dado. Que el 20 de Junio marque un hito no solo en nuestras vidas, sino que quede marcado a fuego como parte de nuestra historia. Y que Viva la Patria.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario